sábado, 12 de septiembre de 2009

Critica: Bastardos sin Gloria

Tarantino es el gran Post-Modernista del Séptimo Arte actual. Su cine no solo referencia constantemente, sino que dialoga con el cine mismo. A ese universo tan particular solo le importa lo que sucede dentro del cuadro de la pantalla cinematográfica, y ni siquiera un hecho tan significativo como lo fue la Segunda Guerra Mundial hará cambiar de parecer al director, ya que en ningún momento sus personajes se reflejan con el mundo exterior, y es que para ellos lo que importa es su papel dentro de la historia del cine mismo, en lugar de la historia real. Quizás es por eso que su película mas redonda sea Jackie Brown, en donde la mirada cinéfila y autoconciente se mezcla con personajes que si parecen integrar nuestro mundo.
Bastardos sin Gloria es, simplemente, contar la Guerra pero no a través del punto de vista de un historiador, sino por alguien que pasó su adolescencia mirando filmes como Los Doce del Patíbulo y Los Cañones de Navarone. O alguien cuyo recuerdo de la guerra pareciera ser el de un chico que se la pasaba jugando con sus soldaditos de juguete, reventandolos a pedazos.
Con esto no se quiere decir que el filme sea simplemente un ejercicio masturbatorio del director. Afilando un poco la mirada uno puede ver toda una reflexion sobre el papel de la violencia dentro del cine (lo que llevaría a creer que Tarantino está a su vez reflexionando sobre sus obras anteriores) y, sobre todo, el poder que tiene el Séptimo Arte para poder cambiar el curso de la historia.
Con personajes llenos de matices como Hans Landa, una de las mejores creaciones del realizador, y un tono que si bien no se aproxima a la parodia, permite una mirada irónica sobre figuras reales como las de Hitler y Goebbels, Tarantino se permite jugar dentro del Genero Bélico y su historia, con sus criaturas constantemente citando a la cultura pop y reflexionando filosóficamente antes de que estalle la violencia de la forma mas inesperada. Elementos que son ya una marca registrada del director, y que, se lo ame o se lo odie, lo han marcado como uno de los directores mas apasionantes de la era moderna.

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